sábado, 13 de febrero de 2010

EL ENCUENTRO

Pasada las 5 de la tarde pudimos ver a MIA, estabas tan bonita como siempre, tenías un muy buen semblante y parecías sumergida en una de tus siestitas de siempre, tenías una serie de aparatos conectados a tus pequeños miembros y diversas medicinas ingresando por vía intravenosa. Los cables se esparcían por toda tu camita y el ruido de todas las máquinas funcionando coordinadamente nos hacía sentir que realmente estábamos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Los doctores estaban frente a la computadora, algunos conversaban y otros veían fijamente los números que aparecían en los monitores, otros revisaban las medicinas. En cambio, nosotros un poco sorprendidos y novatos frente al nuevo panorama sólo decidimos hablarte, hablarte como siempre lo hacíamos, también nos permitieron acariciar tu fino cabello. Sólo nos permitieron verte unos 10 minutos, los cuales se pasaron volando. Nos dijeron que volviéramos a las 7 de la noche. Con una sonrisa en los labios y paz en nuestros corazones dejamos UCI y nos fuimos a esperar que llegaran las 7 de la noche.

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